Hace aproximadamente ocho meses aparecieron en mi despacho una abuela y una madre pidiendo mi atención hacia su nieta e hija, respectivamente. Una niña de la que no voy a dar ningún dato en este post (ni en ninguno), puesto que lo único importante es que ella y su familia sean conscientes de lo que ha conseguido.
Tras una larga conversación y siendo consciente, mientras escuchaba, que sería una ardua y larga tarea, acepté trabajar y atender a esta niña. Sabiendo, además, que, anteriormente, profesionales no habían conseguido muchos avances con ella, a pesar de haber tenido asistencia, externa al centro, durante prácticamente toda su vida.
El primer día que llegó, aún me quedé más impactada, no leía y no escribía. No tenía conseguido el hábito del trabajo y no respetaba las normas. Me acuerdo que pensé: "Esto va a ser un milagro, si lo consigo."
Establecí una estrategia de actuación. Dando prioridad a la lectura, escritura y al respeto hacia las normas y los demás.
Decidí que a una niña a la que le molestan los ruidos, miedosa y con constantes perretas, sólo se le podría enseñar a leer y escribir si antes se le modificaba la conducta.
No voy a explicar mi método de trabajo con la niña, pero si les voy a contar que después de mucho llanto, perretas, rebeldía y sobre todo trabajo. Esta niña después de ocho meses, lee, escribe realiza sumas, restas y lo mejor, sigue progresando.
En todo este proceso, no fácil, he descubierto el poder de la empatía y la templanza; de creer en lo que estás haciendo y ser constante en ello; porque al final el conocimiento está al alcance de cualquiera pero la tenacidad sólo algunos la poseen.
Gracias princesa por trabajar así de duro, eres el mayor ejemplo, sin darte cuenta, que adultos y niños/as pueden tener. Y gracias por dejarme ayudarte con tus avances y enseñarme cada día.
Eres una Campeona!!!